Estáis las entusiastas que os gusta todo, los lunares, las plumas, los velos. Arriesgáis en los colores y en el tamaño. Venis con las ideas muy claras, pero luego os cuesta decidiros porque os encanta todo. De hecho muchas veces termináis encargando dos..." es que después del verano tengo otra boda..."
Y luego, las timidas. Vuestra primera frase es "me gusta, pero yo no me veo". Queréis un tocado porque os apetece seguir las tendencias, porque sabéis que os da un plus de glamour, es elegante y es un buen complemento a vuestro vestido.
Al pricipio buscáis algo pequeño, discreto y del mismo color del vestido. Pero la verdad, os dejáis aconsejar. Asi que buscamos juntas dos o tres que por el color, el tamaño y los materiales se adapte perfectamente al vestido, al acontecimmiento, a vuestro estilo. A vosotras.
Os acercáis con prudencia a él. Os miráis varias veces al espejo. Comenzáis diciendo que es un poco grande para vosotras, pero al mismo tiempo muy cómodo. Que no molesta nada. Preguntáis si se puede hacer más pequeño y quitar alguna pluma. De nuevo os acercáis al espejo. Y sonreis coquetas. Os volvéis y afirmáis..."Me parece bien, no hace falta que lo hagáis más pequeño, es perfecto!". Y automáticamente pasáis de timidas a entusiastas.
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